Boca no tuvo reacción para responder al temprano golpe que le propinó su adversario. Ese golazo de Marcos Rojo cuando el encuentro recién empezaba resultó lapidario. Sin juego colectivo, ni rebeldía en ninguna de sus individualidades, el cuadro de Borghi cosechó su cuarta derrota en este torneo.
Con autoridad y presencia en la mitad de la cancha lo ganó Estudiantes. Desde el manejo de Verón y la solidez de Braña, el conjunto de Sabella fue superior en todo momento, ante un rival que se mostró muy escaso de recursos. Falto de conexión entre sus líneas, el visitante se repitió en pelotazos para Palermo y Viatri. Porque Chávez no gravitó y Escudero no asistió a la cita.
Borghi intentó revertir la historia con los ingresos de Cañete, Gaona Lugo y Mouche, pero no encontró en ellos el desequilibrio que esperaba. Y terminó el Xeneize buscando con centros a la cabeza de Palermo el milagro que nunca llegó.
Boca venía en alza y Estudiantes frenó su marcha. Quedó lejos el conjunto vencido de luchar por cosas importantes. Perdió la mitad de los partidos que disputó en este Apertura y en lo futbolístico está en deuda.